¿Se ha propuesto, una vez más, dejar de fumar en 2009? ¿Se marca la misma meta cada año pero nunca lo consigue?
Tranquilo, no es el único. Tampoco actrices como Cameron Diaz y Katherine Heigl (de la serie 'Anatomía de Grey') lo han logrado, a pesar de que siempre es uno de sus objetivos de Año Nuevo. Ahora, dos recientes investigaciones, que ponen de manifiesto nuevos riesgos del tabaco para la salud y lo rápido que se mejora una vez que se dice adiós a los cigarrillos, pueden darle ese empujoncito que le falta para romper definitivamente con la nicotina.
El primer trabajo, publicado en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS), presenta un nuevo modelo estadístico para predecir la mortalidad de hombres y mujeres entre 2004 y 2034. Gracias a esta herramienta, los autores concluyen que cuando se abandona el tabaco, el descenso en la tasa de mortalidad es más rápido de lo que se creía.
Así, teniendo en cuenta el ritmo con el que la sociedad está dejando de fumar, estiman que para 2034, los hombres entre 50 y 85 años tienen un 22,5% más posibilidades de vivir que lo que tenían en 2004. Un porcentaje que baja al 7,4% en el caso de las féminas.
"El hecho de que la mortalidad masculina descienda más rápido que la femenina sólo es un reflejo de que los hombres están dejando los cigarrillos más que ellas y de forma mucho más contundente", explican los investigadores.
La novedad del modelo reside en que tiene en cuenta los años que ha estado fumando el individuo, cuando cumple los 40 en vez del número de cigarrillos que consume. El tiempo que se lleva fumando, más que la intensidad del hábito, es una variable mucho más eficaz para predecir el riesgo de muerte por cáncer de pulmón que tienen los fumadores, explica Samuel Preston, de la Universidad de Pensilvania (EEUU) y coordinador del estudio. Además, evalúan el riesgo por separado para ambos sexos.
Humo en las alfombras
Por otro lado, un estudio en la revista 'Pediatrics' identifica un nuevo riesgo del tabaco que afecta a los no fumadores. Se trata del 'humo de tercera mano', término que han ideado unos médicos del Hospital Infantil MassGeneral de Boston (EEUU) para hacer referencia a las partículas dañinas que permanecen en la ropa y las alfombras y que son perjudiciales, sobre todo, para los niños.
Los padres que fuman suelen abrir las ventanas o calmar su necesidad de nicotina en habitaciones donde no estén sus hijos, para evitar los efectos nocivos del humo ambiental, también llamado 'humo de segunda mano'. Sin embargo, no son conscientes de que en los cojines, las alfombras, la ropa e, incluso, el pelo quedan residuos de los cigarros, que incluyen metales pesados, partículas carcinógenas y otros materiales dañinos.
La investigación, realizada en 1.500 hogares de EEUU, señala que el 95% de los individuos no fumadores y el 84% de los fumadores saben que "inhalar el humo del cigarrillo de un padre puede perjudicar la salud de los niños". No obstante, sólo un 43% de aquellos aficionados al tabaco conoce los peligros del 'humo de tercera mano'.
Tranquilo, no es el único. Tampoco actrices como Cameron Diaz y Katherine Heigl (de la serie 'Anatomía de Grey') lo han logrado, a pesar de que siempre es uno de sus objetivos de Año Nuevo. Ahora, dos recientes investigaciones, que ponen de manifiesto nuevos riesgos del tabaco para la salud y lo rápido que se mejora una vez que se dice adiós a los cigarrillos, pueden darle ese empujoncito que le falta para romper definitivamente con la nicotina.
El primer trabajo, publicado en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS), presenta un nuevo modelo estadístico para predecir la mortalidad de hombres y mujeres entre 2004 y 2034. Gracias a esta herramienta, los autores concluyen que cuando se abandona el tabaco, el descenso en la tasa de mortalidad es más rápido de lo que se creía.
Así, teniendo en cuenta el ritmo con el que la sociedad está dejando de fumar, estiman que para 2034, los hombres entre 50 y 85 años tienen un 22,5% más posibilidades de vivir que lo que tenían en 2004. Un porcentaje que baja al 7,4% en el caso de las féminas.
"El hecho de que la mortalidad masculina descienda más rápido que la femenina sólo es un reflejo de que los hombres están dejando los cigarrillos más que ellas y de forma mucho más contundente", explican los investigadores.
La novedad del modelo reside en que tiene en cuenta los años que ha estado fumando el individuo, cuando cumple los 40 en vez del número de cigarrillos que consume. El tiempo que se lleva fumando, más que la intensidad del hábito, es una variable mucho más eficaz para predecir el riesgo de muerte por cáncer de pulmón que tienen los fumadores, explica Samuel Preston, de la Universidad de Pensilvania (EEUU) y coordinador del estudio. Además, evalúan el riesgo por separado para ambos sexos.
Humo en las alfombras
Por otro lado, un estudio en la revista 'Pediatrics' identifica un nuevo riesgo del tabaco que afecta a los no fumadores. Se trata del 'humo de tercera mano', término que han ideado unos médicos del Hospital Infantil MassGeneral de Boston (EEUU) para hacer referencia a las partículas dañinas que permanecen en la ropa y las alfombras y que son perjudiciales, sobre todo, para los niños.
Los padres que fuman suelen abrir las ventanas o calmar su necesidad de nicotina en habitaciones donde no estén sus hijos, para evitar los efectos nocivos del humo ambiental, también llamado 'humo de segunda mano'. Sin embargo, no son conscientes de que en los cojines, las alfombras, la ropa e, incluso, el pelo quedan residuos de los cigarros, que incluyen metales pesados, partículas carcinógenas y otros materiales dañinos.
La investigación, realizada en 1.500 hogares de EEUU, señala que el 95% de los individuos no fumadores y el 84% de los fumadores saben que "inhalar el humo del cigarrillo de un padre puede perjudicar la salud de los niños". No obstante, sólo un 43% de aquellos aficionados al tabaco conoce los peligros del 'humo de tercera mano'.
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